sábado, 24 de octubre de 2009

LA CORRUPCION ES SINONIMO DE BUENA GESTION

La gente tiende a pensar que la corrupción va siempre aparejada a una mala gestión de los fondos públicos cuando, en realidad, se trata exactamente de lo contrario. Los responsables de gobiernos e instituciones capaces de mantener el funcionamiento de estos organismos y al mismo tiempo de distraer fondos para otros menesteres, deberían ser, más que perseguidos, premiados por su imaginación y capacidad de gestión.

Pongamos como ejemplo el caso Millet. Durante los muchos años en los que este señor de rancio abolengo ha gestionado los fondos del Palacio de la Música, el funcionamiento de esta insigne institución barcelonesa no se ha visto en absoluto mermado. Se han celebrado los conciertos que se tenían que celebrar, sin que aparentemente nadie haya notado menoscabo en su calidad, y aún así el señor Millet ha sido capaz de ahorrar entre 20 y 30 millones de euros, que han servido para activar otros sectores de la economía catalana y española tan importantes como el turismo, la restauración o la moda, sobrándole incluso dinero para mantener la siempre precaria economía de algunos partidos políticos.

De esta evidencia podemos deducir que, si los nuevos directivos del Palacio de la Música mantienen la misma política de austeridad en la gestión de actividades, y no son aficionados a los viajes, ni tienen hijas que casar, podrán anunciar en breve la buena noticia de una sustancial rebaja en el precio de las entradas de los conciertos, con lo que contribuirán a que la buena música pueda llegar incluso a las clases menos pudientes. Por lo tanto, el señor Millet, lejos de ser perseguido, debería recibir el honor de una cátedra en la mejor escuela de negocios de nuestro país.

Lo dicho para el caso Millet sirve exactamente igual para Valencia. Nadie puede negar que la Comunidad Valenciana es una de las que más han crecido de España en la última década. Y todo ello siendo, además, la comunidad donde los fastos públicos, tan agradecidos por las clases menesterosas, se han prodigado en más cantidad y calidad. Son muchos los datos económicos que corroboran esta afirmación, como el de que la provincia de Castellón sea la que en proporción matricula más coches de alta gama, si bien es cierto que casi la mitad de ellos son del buenazo de Fabra, o que tenga los políticos más elegantes de Europa, o donde se ha oído con más fuerza
la voz de Su Santidad o colocado la baldosa más cara del mundo.

Y todo esto ha sido posible sin que haya sido necesario que sus ciudadanos paguen más impuestos que en el resto de España. Por lo tanto, cabe deducir que saciados ya estos lógicos impulsos que tiene todo político sensible en sus primeros años de gobierno, en la próxima legislatura Paco podrá anunciar una sustancial bajada de impuestos para los valencianos, sin que ello suponga la mínima rebaja en la extrema calidad de sus servicios públicos.
BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS

DESAPARECIDOS POLITICOS EN COLOMBIA

COLOMBIA | ENTREVISTA A DOÑA FABIOLA LALINDE, MADRE DE UN DESAPARECIDO POLÍTICO EN EL AÑO 1984
“Todo aquel que es opositor político es candidato a ser desaparecido”El 3 de octubre de 1984, Luis Fernando Lalinde Lalinde, de 26 años de edad, fue detenido y posteriormente desaparecido por el Ejercito colombiano. Desde ese día, Fabiola Lalinde emprendió la búsqueda de su hijo. Aunque sufrió constantes hostigamientos e intimidaciones, logró encontrar el cadáver de Luis Fernando después de 4.428 días de incesante búsqueda. Al día de hoy en Colombia existen registrados más de 4.000 casos de desaparición forzada cuyo responsable directo es el Estado colombiano.
ABSTRAC
Lunes 19 de octubre de 2009. Número 111
DIAGONAL: Este año se conmemoran los 25 años de la desaparición forzada de su hijo Luis Fernando Lalinde Lalinde. ¿Por qué lo desaparecieron?
F.L.: Luis Fernando, en el momento de su detención-desaparición, tenía 26 años de edad y ese año recibiría su titulación como sociólogo. Estaba vinculado a la Juventud Marxista Leninista y a causa de su actividad política fue desaparecido. En el año 1984, se llevó a cabo en Colombia un proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla del EPL (Ejercito Popular de Liberación) que era el brazo armado del Partido Comunista Marxista Leninista. Dentro del Proceso de Paz se pactó un cese el fuego, incumplido por el gobierno al emboscar una columna de dicho movimiento, provocando varios heridos y muertos.

Por su actividad política, Luis Fernando fue enviado al lugar para procurar asistencia humanitaria a un guerrillero herido, el cual efectivamente fue rescatado; pero cuando Luis Fernando se disponía a tomar un autobús para regresar a la ciudad de Medellín, fue detenido por la patrulla militar Nº 22 del Batallón Ayacucho de Manizales. El Ejército lo torturó en presencia de niños y campesinos de la zona y finalmente lo asesinaron. Enterraron su cadáver en un lugar despoblado con el fin de encubrir el crimen.

D.: ¿Al día de hoy ha habido algún tipo de sanción o pena para los responsables?
F.L.: Han transcurrido 25 años y el caso se halla en la total impunidad. Resulta que tras una larga búsqueda de Luis Fernando, la verdad salió a la luz. Sin embargo, a los militares que lo desaparecieron los condecoraron, fueron ascendidos y enviados a otros países. Aunque se adelantó un proceso para que los destituyeran de su cargo, el proceso prescribió. Igualmente se inició un proceso penal, pero no lo adelantó un fiscal civil sino un juez militar, que posteriormente archivó el proceso sin informar a mis abogados. Y finalmente inicié un proceso contra el Estado para que me reparara los perjuicios materiales y morales, pero sólo se repararon los morales, porque el Juez encargado del proceso extravió 124 folios. Por toda la Denegación de justicia, el caso de Luis Fernando fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de Estados Americanos) desde el 9 de febrero de 2001, pero aún no habido respuesta de su admisión.

D.: ¿Qué es la Operación Cirirí?
F.L.: Es una estrategia pacífica para buscar la verdad y exigir justicia. Está basada en la insistencia y en la persistencia. Es totalmente simbólica pero contundente y efectiva. El Cirirí es un ave pequeña que persigue a los gavilanes que se llevan los pichones de los nidos hasta que los suelten. El Cirirí nunca ha matado un gavilán. El Cirirí representa la insistencia de la madre y el gavilán representa al Ejército que se llevo en sus garras al pollito (mi hijo) que no pude rescatar pero que tengo que encontrar.

E.: ¿Cómo comenzó en Colombia este crimen de lesa humanidad que es la desaparición forzada?
F.L.: Esta práctica se inició en Colombia durante la Administración del presidente Julio César Turbay Ayala con la detención-desaparición de Omaira Montoya Henao, bacterióloga y militante de izquierda, el 9 de septiembre de 1977 por unidades de la Policía. En el momento de su detención-desaparición contaba con tres meses de embarazo. La desaparición forzada se ha ido incrementando a lo largo de estos años. Además, con el tiempo, no sólo se da en grupos que apoyaban la lucha armada, sino que se ha ido extendiendo a todo tipo de opositor político. Empezaron a desaparecer sindicalistas, estudiantes, líderes populares, campesinos e indígenas a tal punto que todo aquel que es opositor político es candidato a ser desaparecido.

E.: ¿Qué ha significado en Colombia la práctica de la desaparición forzada?
F.L.: El caso colombiano es bien complejo porque este crimen de Lesa Humanidad ha sido una práctica propia de las dictaduras militares y a nosotros nos han infundido la idea que la colombiana es la democracia más antigua y estable de América Latina. Cuando se dieron las primeras desapariciones se dijo que “se trataba de una campaña orquestada para desacreditar a las Fuerzas Militares”. Las autoridades no aceptan ninguna responsabilidad del hecho, ni dan cuenta de la víctima, pero la desaparición forzada es una realidad que aumenta con los días. Con el tiempo, este tipo de accionar se empezó a aplicar contra la población para generar terror y legitimar la presencia de grupos paramilitares que se dedican a hacer ‘limpieza social’ atacando a drogadictos, indigentes, trabajadores del sexo, gays, lesbianas y transexuales. El perfil de las víctimas ha variado mucho por el accionar de los paramilitares.